Llega a la cartelera una película atípica, una comedia sexual desarrollada a finales del siglos XIX, en la que se nos cuenta el nacimiento del vibrador, usado como herramienta terapéutica.
La película se centra en un joven médico(Hugh Dancy) que comienza a trabajar con un médico que se dedica a tratar la Histeria en las mujeres mediante la excitación de éstas,a raíz del nuevo trabajo conoce a las dos hijas del doctor,con la más sofisticada se prometerá y con la más alocada(Maggie Gyllenhaal) se creará un vínculo extraño que le enseñará que lo que realmente padecen sus pacientes es insatisfacción.
Extraña película de época, que ya desde sus títulos de crédito te avisa que vas a ver algo inusual ("Basada en hechos reales.De verdad"). Su directora no esconde sus intenciones de contar un hecho real, para hacer pasar un rato divertido al espectador, se aleja de primas hermanas más tediosas como Albert Nobbs, y a diferencia de ésta, la película no se toma muy en serio, ahí radica su virtud, no querer hacer una lección de historia, sino que el nacimiento de algo tan singular como un vibrador sea contado de la forma que merece, con diversión.
Pero, no se esperen una especie de American Pie de época, no es de ese tipo de comedia, sino de la que se apoya en sus personajes y en las situaciones ridículas que les ocurren, para divertir al espectador. Ahí está una magnífica Maggie Gyllenhaal, que entra por primera vez en pantalla como un torbellino y ofrece una divertida actuación, a la vez que es en su personaje donde se incluye el discurso pro-feminista y modernista de la película.
Con una recreación de la época muy lograda y una dirección ligera pero que sabe lo que tiene que contar en cada momento, y nunca se olvida que como película no pretende trascender, sino que el público conozca el origen de algo tan singular a la vez que se divierte.
Quizás en este ligero guión han descuidado algo los personajes secundarios, siendo las apariciones de Rupert Everett y de la otra hija(Felicity Jones) algo anecdóticas, y como mera excusa para continuar con la trama sin tropezarse, pero es algo que tampoco desluce el conjunto, porque la química que hay entre Hugh Dancy y Gyllenhaal y sus divertidos cara a cara hacen que merezca la pena pagar la entrada.
+ Lo poco en serio que se toma
- Lo vagamente dibujados que están los personajes secundarios
PUNTUACIÓN TOTAL: ★ ★ ★
martes, 26 de junio de 2012
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