Durante el
viernes vimos Cesar Debe Morire y después fuimos a ver The Hypnotist, que
además de participar en la Sección Oficial a concurso, suponía el estreno
mundial de la película.
En el
Kursaal estaba todo preparado para la presentación de The Hypnotist de Lasse
Hallström que suponía la última película a competición de la Sección Oficial y
contó con la presencia del director y Lena Olin.
Hallström
vuelve a Suecia para adaptar un famoso bestseller y deja atrás sus edulcoradas
películas de Hollywood para ofrecernos un oscuro retrato en la línea
escandinava de Millenium.
Lo primero
que se le viene uno a la cabeza es la razón por la que esta película está entre
la Sección Oficial, es la apuesta más comercial y convencional del festival,
aunque tampoco tiene por que ser todo cine experimental ni comprometido,
mientras exista calidad.
La película
comienza de forma muy potente y terrorífica por la crudeza de sus imágenes, con
escenas de violencia que a más de uno pueden poner los pelos de punta. Lo que
ocurre es que la película llega un momento que se atasca y no sabe por dónde ir
y una vez descubierto el pastel pierde todo el sentido y la capacidad de
impresionar del primer notable tercio de la película.
El director
que parece entregado en su primera parte, sorprendiendo por el cambio de
registro y el que parecía a priori buen uso de los elementos del thriller
psicológico acercando a la película a un oscuro relato de terror por asesino en
serie de por medio. Pero, después se deja llevar por la inercia del relato y el
guion y no es capaz de ofrecer nada más, de sorprender y la resolución del
misterio resulta demasiado fácil e incluso tonta.
Rodada con
agilidad, en ningún momento aburre, pero acaba resultando un thriller más de
todos los que nos llegan todos los años a los cines, y nos hace preguntarnos si
la elección de esta película para el festival era una mera cuestión de nombre y
publicidad de cara a dar a conocer más el festival a nivel internacional.
Olvidando este aspecto, un thriller bien armado más o menos, entretenido, que
luciría más fuera de un festival de cine.
Puntuación: 6/10
Antes de The
Hypnotist fuimos a ver Cesare Debe Morire(César debe morir) de los hermanos Taviani
y que forma parte de la Sección Zabaltegui Perlas. Teníamos muchas ganas de
verla por todos los buenos comentarios que estaba generando y todos lo premios
que traía a sus espaldas, como el Oso de Oro del Festival de Berlín de este
año.
La película
rodada como un extraño documental comienza con la intención de representar en
una cárcel “Julio César” de William Shakespeare y trasnforma a sus presos en
los personajes de la obra, transformándolos con la cárcel como telón de fondo.
Una
propuesta muy interesante en la que los directores juegan con el aspecto visual
para ir adentrarnos el diferentes estados tanto de la obra de teatro como el de
sus personajes, algunos de ellos presos de verdad. Y la fotografía en color
salmón no puede ser más acertada para meternos en un relato que puede llegar a
ser agobiante por la capacidad de interiorización que se observa en los
personajes, que parecen haberse convertido en Julio Césr y Bruto entre otros.
La película
consigue hipnotizar al espectador a través de los diálogos y la excelente
imagen y a pesar de su corta duración consigue emocionar y comprobar que otro
tipo de cine diferente existe, arriesgado, comprometido y con ganas de innovar
sin perder el interés del espectador.
Puntuación total: 8/10
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