José Luis
Garci, ganador de un premio Oscar, estrena la que seguramente sea la última
película de su filmografía, como ha afirmado en entrevistas que le han
realizado en los últimos días. Tras el polémico y comentado primer tráile que
hizo que la red se encendiera, ahora llega la confirmación o no de lo que
muchos se esperaban
Sherlock
Holmes (Gary Piquer) y el Dr. Watson (José Luis García Pérez) viajan al Madrid
de Galdós tras la pista de Jack el Destripador, dado que en la capital del país
han comenzado a aparecer cadáveres de prostitutas que recuerdan a los sucedidos
en Londres.
Antes de
sentarse a ver este extraño experimento, el espectador ha de mentalizarse y
recordar que Garci es Garci, y que no encontrará nada parecido a las nuevas
adaptaciones del personaje como las de Guy Richie. Fiel a su estilo, con el
regusto del mejor cine clásico, decide dar un triple salto mortal y despedirse
con su película más atípica enfatizando en sus obsesiones como director, y
sobre todo como guionista.
Acostumbrados
a sus melodramas Garci trae a Holmes a Madrid a comer cocido, hablar de
literatura, observar bellas mujeres y a hacer reflexiones sobre España y sus
ciudadanos. Pero, ¿e investigar los crímenes? Ahí está la cuestión, cómo
conseguir que durante más de dos horas el motivo principal de la película se
olvide y sea tan solo en una mera excusa para convertir la película en un
“Holmes&Watson: Tiovivo Days”, la película que podría asemejarse más del
resto de su filmografía. Además, durante
varios momentos utiliza la misma música
de Pablo Cervantes para “Tiovivo c.1950”.
El problema
es que aquella era un bonito melodrama con un buen enfocado toque nostálgico, y
en esta película cabía poca posibilidad
para ponerse sentimental, terreno que Garci ha demostrado ser todo un
experto. A pesar de la dificultad, consigue
mostrarnos algún que otro momento nostálgico apoyado en bonitas imágenes de una
más que notable fotografía.
Seguramente
a muchos nos les haya convencido, y no será una sorpresa que esto ocurra, dado
que se lo ha puesto muy fácil a todos sus detractores. Sin embargo, si nos
olvidamos de estas cuestiones y uno se ciñe a otras más cinematográficas hay
que confesar que le ha salido una película extraña, curiosa y bastante
interesante, respecto a las ideas que lanza.
Una película
muy pausada, marca de la casa, poco
recomendable para personas impacientes y cardíacos, consigue que las largas
y cultas conversaciones de sus personajes se disfruten de tal forma que se
produce la sensación de estar escuchando a personas de la época. Y es ahí donde
más acierta, en la reconstrucción histórica, no encontramos personas de
principios del XX hablando como si lo fueran de nuestro siglo, como ocurre en
muchas otras películas de época, pero para ello renuncia de la posibilidad de
captar a muchos espectadores, que sentirán estar ante una película de
conversaciones pomposas.
A pesar de la sensación de película
antigua, desfasada en el tiempo, le ha salido a Garci precisamente una de sus
películas más actuales, en el sentido de todo de lo que habla: la crítica a
la clase política, la malsana especulación y la forma en que los políticos
utilizan a los ciudadanos de la forma en que les plazca [Atención Spoiler]incluso matando a prostitutas como forma de
renovación urbanística[Fin Spoiler].
Es curioso la forma en que se ha aproximado al personaje, ya no es un dicharachero y activo detective, sino que Holmes es Garci y en él ha reflejado su espíritu de abandono, y nos muestra al personaje, que ya poco investiga, y más bien anhela un merecido retiro.
Apoyada en
una magnífica dirección artística del siempre genial Gil Parrondo, el
vestuario, la fotografía y la bonita partitura de piano de Pablo Cervantes.
Pero, como siempre, las películas de Garci son sus personajes, y detrás de
ellos están los actores que les dan vida. Correcta y curiosa interpretación de
Gary Piquer, bien secundada por José Luis García Pérez. Sin embargo, quienes
realmente se llevan la palma son la pareja formada por Victor Clavijo y Macarena Gómez, ambos se comen al resto de
intérpretes y ofrecen unas actuaciones
muy potentes, que les puede poner en la carrera de los Goya como actores
secundarios.
Una película
formalmente bonita, que si uno se para a escuchar puede disfrutar de un
trabajado guión, aunque seguramente sea
la más irregular y floja de la carrera de Garci, pero que como despedida
del séptimo arte no deslucirá del resto de sus películas, en resumen: Garci
elevado a la décima potencia.
+ La explicación de la existencia de Jack
el Destripador, posiblemente la más realista de todas las que el cine y la
literatura han encontrado.
-La poca capacidad que Garci muestra en
querer captar nuevos y más jóvenes espectadores.
PUNTUACIÓN TOTAL: * * *
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