
Agustín(Viggo Mortensen) es un aburrido médico a punto de adoptar un bebé con su mujer Claudia (Soledad Villamil), pero decide romper con su vida monótona, y aprovechando la visita de su hermano gemelo Pedro, un delincuente, decidirá adoptar la identidad de éste y pronto se dará cuenta que se ha metido en un gran lío.
Esta primera
película de la directora prometía ser un interesante thriller, además de contar
con los elementos suficientes para sobresalir. Pero, después del visionado uno
no puede sentir más que decepción, sobre todo por la tosca forma de llevarlo a
cabo.
El primer
tercio de la película, donde se empiezan a poner las cartas sobre la mesa, deja
entrever una serie de características bastante interesantes: un delincuente, el
encuentro con un hermano desde hace mucho tiempo, una familia rota…
Pero, ya
desde ese primer tercio, el lento desarrollo de los hechos no hace más que
afirmar lo que se comprueba en el resto de la película, que la película tiene
en el fondo poco que contar, y que supuesto thriller contenido, no es más que
el resultado de tapar un guión flojo, donde la construcción de personajes deja
mucho que desear, además de resultar poco creíbles.
El segundo
tercio de la película, donde ya supuestamente debería desarrollarse y
mostrar de qué trata realmente, resulta
tedioso y bastante confuso, por lo que al llegar al final que mejora algo, ya
resulta imposible salvar los muebles.

Una
dirección poco fluida, que hace entrever a una directora un poco perdida en una
trama que pretende ser más compleja de lo que realmente es.
Su mayor
reclamo es Viggo Mortensen, y precisamente éste ha ofrecido una de las
interpretaciones menos interesantes de su carrera. Quizás porque durante toda
la película es incapaz de vocalizar, o un sobre esfuerzo en dotar su acento
argentino de realidad, que hacen que a pesar de que está correcto en el papel,
se convierta en un futuro en una de las interpretaciones menos recordadas del
actor.
A pesar de
todo, habrá quien pueda disfrutar de la película, que ni es mala, pero tampoco
buena, aunque más de uno conseguirá aburrirse y pensar si ver Mortensen
hablando argentino merecía realmente la pena.
+ Una fotografía bonita
-Resulta aburrida y muy cargante
PUNTUACIÓN TOTAL: * *
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