La historia a modo de película muda y en blanco y negro nos relata cómo tras la muerte de su esposa (Inma Cuesta), el famoso torero Antonio Villalta (Daniel Jiménez Cacho) se casa con su enfermera (Maribel Verdú), que se convierte en una malvada madrastra que convertirá la vida de la pequeña Carmencita (Sofía Oria y Macarena García) en un infierno hasta que ésta escapa y tras sufrir amnesia se une a una trope de enanitos toreros en busca de fama.
Estamos ante una de las películas más impactantes de los últimos años, tanto formal como visualmente, pero lo que más sorprende es el espléndido guión de Berger, que transforma el cuento en una historia negra, oscura en la Andalucía más folclórica, dando un toque de originalidad que las otras versiones, desde la de Walt Disney no habían conseguido.
Una película emocionante, con una capacidad de sorprender que lleva a terrenos que nadie podría pensar que una historia tan simple a primera vista fuera capaz de ofrecer.
Entre un panorama de flamenco, toros, mantillas, fincas ganaderas y mucho arte, se teje una historia que ahonda en el espíritu más ibérico hablándonos de cuestiones como el orgullo, la vergüenza, la pérdida de la familia y la herencia familiar, la identidad y la fama entre otras cuestiones. Porque el director ha sabido adaptar el trasfondo del cuento a las obsesiones españolas, como la búsqueda de la fama, tema más actual imposible, haciendo un guiño[Atención Spoiler] en el que en vez de espejo que habla de la belleza, aquí existe una revista del corazón hablando como muestra de la fama perseguida por la villana[Fin Spoiler].
Sería un error solo ver la película como una mera muestra del arte taurino y flamenco, pero para eso está el buen obrar de Berger, que parece haber hecho los deberes y saberse los trucos del cine mudo europeo, para mostrarnos una historia más trágica y profunda de lo que podría parecer a priori, pero con unos toques de humor negro dignos del mejor Buñuel.
El empaque visual de la película no puede ser mejor, con una escena taurina de presentación que se acerca a unas cotas de éxtasis cinematográfico y no hacen más que presagiar lo que va a ser el resto del metraje. Pablo Berger que en su genial trabajo se apoya en el equipo técnico y se arropa por una fotografía, montaje, dirección artística y por la magistral música de Alfonso Villalonga para emocionar y divertir.
Pero, como recordó Hazanavicius el cine mudo no sería posible sin la entrega de sus actores, y que la forma de abordar un papel respecto al sonoro es muy diferente. Un casting soberbio encabezado por un trágico Daniel Jiménez Cacho y una madrastra interpretada por la genial Maribel Verdú, que borda su papel de malvada que en vez de buscar belleza persigue la fama, se nota que se ha divertido mucho y se nota en los resultados.
Aunque, esta Blancanieves andaluza tiene dos nombres, el de las chicas que interpretan a Carmen, tanto la pequeña Sofía Oria como la debutante Macarena García, que se come la película con una mirada tan penetrante que nos recuerda a la capacidad de embrujo de María León en "La Voz Dormida". Afronta el verdadero protagonismo de la película con mucha pasión, poniendo toda la carne en el asador, y convirtiéndose en la Blancanieves de persona que mejor ha sabido entrar en el personaje.
[ATENCIÓN SPOILER]Recalcar que su escena final, entre el esperpento y la sátira, es uno de los finales más tristes que se hayan visto en mucho tiempo [FIN SPOILER]
+ La capacidad de emocionar y dejarse abandonar en un puro disfrute
- No saber apreciar todo el fondo que hay detrás
PUNTUACIÓN TOTAL: * * * * *
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