En diciembre de 2004 un Tsunami asoló el sudeste asiático, esta es la historia de María (Naomi Watts), Henry (Ewan McGregor) y sus hijos que se encontraban en Tailandia y lo todo lo que ocurrió después.
Como ya hemos dicho, el debut en la dirección de Juan Antonio Bayona fue algo sorprendente, por una parte ofrecía una historia de fantasmas y con empaque comercial pero la transformaba en una película muy profunda y que demostraba que un buen cine, trabajado en todos los aspectos y los gustos del público podían ir de la mano.
Ahora, vuelve superándose, ampliando ese concepto con una producción con aire de Hollywood pero con alma europea. Conjuga a la perfección grandiosidad de producción, con un guión entrañable, duro pero realista, que aunque estemos ante un melodrama no cae en sentimentalismos baratos.
La carta de presentación de la película es la recreación del tsunami, de la gran ola, y Bayona tenía un reto que era no caer en la repetición de lo que hizo Clint Eastwood con Más Allá de la Vida, que contaba con una secuencia inicial de parecida presentación.Hay que celebrar lo bien que está rodada la secuencia, realista, dura y sobrecogedora a la vez que aterradora y angustiosa. Bayona toma un elemento del Batman de Christopher Nolan como omitir la música durante casi toda la escena del tsunami, algo que hace intuir por donde quiere orientarse la carrera del director. Buen cine pero con grandes medios es posible, y todo gracias a la coordinación de una serie de especialistas, desde el guión pasando por la fotografía, los efectos especiales, el montaje, el maquillaje y un largo etc que bajo la batuta de Bayona consiguen que podamos emocionarnos y reflexionemos porque a pesar de que las imágenes vistas entonces en televisión, uno no es conocedor de qué ocurrió si no lo experimenta en sus propias carnes. Y esto es lo que ha querido el director, que creamos que estamos dentro de ese mar que se adentra en tierra.
Pero, la película no trata solo del tsunami, sino de las consecuencias de éste y cómo una familia separada lucha por encontrarse sin ni acaso saber si el resto siguen vivos, y de cómo en situaciones tan horribles el ser humano es capaz de sacar lo mejor de sí mismo ayudándose el uno al otro.
La crudeza de las imágenes no hacen más que enfatizar que no estamos ante una versión americana y edulcorada que necesita pasar alguna que otra censura, sino que el director es muy libre y sabe lo que quiere contar y dónde enfocar en cada momento la cámara para que reflexionemos desde la butaca.
Estamos ante una historia de amor, una de las historias de amor más bonitas que se hayan contado en muchos años y gracias a un guión espléndido firmado por Sergio G. Sánchez que al igual que hizo con El Orfanato rompe y cambia las reglas del juego. No estamos ante una película de catástrofes al uso, donde un sin fin de protagonistas campan a sus anchas y lo importante es la majestuosidad de las imágenes. Es cierto que historias ocurrieron miles, pero deciden centrarse en una en concreto, y cómo éstas personas interactuaron con muchas otras, con sus tragedias.
Dentro de esta gran película, hay que destacar el genial trabajo de sus actores, a los que Bayona a sabido transmitir la veracidad que necesitaban y la recreación por parte de Naomi Watts es sorprendente, mostrándonos una de las mejores interpretaciones de su carrera, pone toda la carne en el asador en un papel difícil tanto en lo físico como en lo emocional, consiguiendo algo que muy pocas actores logran en toda su carrera, que dejemos de ver a la artista que interpreta un papel y creamos estar ante una persona que estuvo de verdad en aquel suceso.
Su compañero Ewan McGregor tampoco se queda corto, y como siempre consigue estar genial, y hay que mencionar la escena en la que se derrumba, donde consigue dejar sin respiro al espectador.
Lo Imposible, una película muy bonita, profunda y que te atrapa desde el primer momento, con una factura técnica impresionante destacando la maravillosa partitura de Fernando Velázquez, y haciendo ver que cine de calidad y comercialidad es posible, y una reflexión aun más importante: demostrar al público con reticencias al cine patrio que es aquí se hacen películas que sí que tienen en cuenta los gustos del público y hecho por técnicos españoles.
+ La capacidad de emocionar sin caer en discursos cursis
- El papel de Geraldine Chaplin podría haber dado para mucho más
PUNTUACIÓN TOTAL: * * * *
Como ya hemos dicho, el debut en la dirección de Juan Antonio Bayona fue algo sorprendente, por una parte ofrecía una historia de fantasmas y con empaque comercial pero la transformaba en una película muy profunda y que demostraba que un buen cine, trabajado en todos los aspectos y los gustos del público podían ir de la mano.
Ahora, vuelve superándose, ampliando ese concepto con una producción con aire de Hollywood pero con alma europea. Conjuga a la perfección grandiosidad de producción, con un guión entrañable, duro pero realista, que aunque estemos ante un melodrama no cae en sentimentalismos baratos.
La carta de presentación de la película es la recreación del tsunami, de la gran ola, y Bayona tenía un reto que era no caer en la repetición de lo que hizo Clint Eastwood con Más Allá de la Vida, que contaba con una secuencia inicial de parecida presentación.Hay que celebrar lo bien que está rodada la secuencia, realista, dura y sobrecogedora a la vez que aterradora y angustiosa. Bayona toma un elemento del Batman de Christopher Nolan como omitir la música durante casi toda la escena del tsunami, algo que hace intuir por donde quiere orientarse la carrera del director. Buen cine pero con grandes medios es posible, y todo gracias a la coordinación de una serie de especialistas, desde el guión pasando por la fotografía, los efectos especiales, el montaje, el maquillaje y un largo etc que bajo la batuta de Bayona consiguen que podamos emocionarnos y reflexionemos porque a pesar de que las imágenes vistas entonces en televisión, uno no es conocedor de qué ocurrió si no lo experimenta en sus propias carnes. Y esto es lo que ha querido el director, que creamos que estamos dentro de ese mar que se adentra en tierra.
Pero, la película no trata solo del tsunami, sino de las consecuencias de éste y cómo una familia separada lucha por encontrarse sin ni acaso saber si el resto siguen vivos, y de cómo en situaciones tan horribles el ser humano es capaz de sacar lo mejor de sí mismo ayudándose el uno al otro.
La crudeza de las imágenes no hacen más que enfatizar que no estamos ante una versión americana y edulcorada que necesita pasar alguna que otra censura, sino que el director es muy libre y sabe lo que quiere contar y dónde enfocar en cada momento la cámara para que reflexionemos desde la butaca.
Estamos ante una historia de amor, una de las historias de amor más bonitas que se hayan contado en muchos años y gracias a un guión espléndido firmado por Sergio G. Sánchez que al igual que hizo con El Orfanato rompe y cambia las reglas del juego. No estamos ante una película de catástrofes al uso, donde un sin fin de protagonistas campan a sus anchas y lo importante es la majestuosidad de las imágenes. Es cierto que historias ocurrieron miles, pero deciden centrarse en una en concreto, y cómo éstas personas interactuaron con muchas otras, con sus tragedias.
Dentro de esta gran película, hay que destacar el genial trabajo de sus actores, a los que Bayona a sabido transmitir la veracidad que necesitaban y la recreación por parte de Naomi Watts es sorprendente, mostrándonos una de las mejores interpretaciones de su carrera, pone toda la carne en el asador en un papel difícil tanto en lo físico como en lo emocional, consiguiendo algo que muy pocas actores logran en toda su carrera, que dejemos de ver a la artista que interpreta un papel y creamos estar ante una persona que estuvo de verdad en aquel suceso.
Su compañero Ewan McGregor tampoco se queda corto, y como siempre consigue estar genial, y hay que mencionar la escena en la que se derrumba, donde consigue dejar sin respiro al espectador.
Lo Imposible, una película muy bonita, profunda y que te atrapa desde el primer momento, con una factura técnica impresionante destacando la maravillosa partitura de Fernando Velázquez, y haciendo ver que cine de calidad y comercialidad es posible, y una reflexión aun más importante: demostrar al público con reticencias al cine patrio que es aquí se hacen películas que sí que tienen en cuenta los gustos del público y hecho por técnicos españoles.
+ La capacidad de emocionar sin caer en discursos cursis
- El papel de Geraldine Chaplin podría haber dado para mucho más
PUNTUACIÓN TOTAL: * * * *
Totalmente de acuerdo: Geraldine Chaplin podría haber dado para más pero la escena con los niños es muy dulce.
ResponderEliminar¿Conoces nuestro blog? http://bit.ly/TbsZOG El otro día hablamos de lo imposible. Os ponemos en blogs de interés :)