Mucha expectación había por ver el siguiente trabajo de Asghar Farhadi tras la espectacular y laureada "Nader y Simín, una separación". La película fue presentada en el pasado Festival de Cannes, donde consiguió el premio a la Mejor Actriz para Bénérice Bejo. Además, ha sido nominada a cinco Premios César y al Globo de Oro a la Mejor Película Extranjera.
Ahmad (Ali Mosaffa) es un iraní que regresa a París a petición de su mujer Marie (Bénérice Bejo) para poder efectuar su divorcio. La irrupción de Ahmad en el hogar que comparte con Samir, la nueva pareja (Tahar Rahim), hará que las disputas saquen a flote un terrible secreto del pasado.
Muchos se cuestionarán si Farhadi ha querido repetir la misma fórmula que le llevó al éxito internacional y a recibir el codiciado Oscar. Familia desestructurada, mujer reclamando el divorcio, marido iraní, hijos de por medio, conflictos con otra familia...pero, ¿no era esto lo que veíamos en "Nader y Simín, una separación"? ¿Acaso a querido hacer un auto-remake en francés y colarnos un gol? Para nada, ya desde el principio de la película vemos que aunque comparta aspectos con su anterior obra, Farhadi nos quiere llevar por otros derroteros, pero pasando por los temas que forman parte de su filmografía, como es el divorcio, que utiliza como leitmoviv para desengranar la estructura familiar y sacar a relucir todos sus conflictos.
Como una cebolla a la que va quitando sus capas, asistimos a la caída de una familia que ya desde el principio sospechamos menos modélica de lo que podría parecer, y vemos cómo los secretos y las mentiras de cada uno de sus integrantes conforman una tormentosa relación donde los silencios son los que dictan las normas, hasta que una bomba de relojería hace estallar ese frágil equilibrio. Ahí es donde introduce el personaje interpretado por un portentoso Ali Mosaffa, que con todas sus buenas intenciones, llega para curar una enferma familia y desencadena todo el drama de la película.
Que nadie se asuste por los 130 minutos que dura la película porque tanto el ágil e inteligente guión de Asghar Farhadi como su minuciosa dirección, consiguen que desde su comienzo sientas una extraña sensación de tensión, desasosiego y malsana curiosidad que no te permite apartar la mirada de la pantalla. Como si de un impertinente voyeur se tratara, Farhadi se cuela en esta familia, que podría ser cualquier otra, para que asistamos a su tragedia griega, en la que todos sus participantes esconden un pasado que les ha condenado al más terrible de los desenlaces, el odio y el rencor.
Y nada de todo esto se podría haber conseguido sino fuera por una serie de actores que en total estado de gracia defienden una serie de personajes, que en sus contradicciones, consiguen que el espectador pueda empatizar con ellos, sin caer en el fácil juicio de sus, muchas veces, cuestionables actos. Y es alabable de este gran director, no ofrecer una mirada enjuiciadora, sino que como si de un documental se tratara, sea el propio espectador el que saque sus conclusiones.
Como en muchas de sus anteriores películas, la infancia juega un papel relevante, y Farhadi no desaprovecha la oportunidad de mostrar a través de ésta las consecuencias que pueden tener las acciones de los progenitores, siendo a los que más directamente repercutirán las "idas y venidas" de unos adultos, que se comportan con tal inmadurez que olvidan ser quienes deben dar ejemplo a unos hijos que pierden así su modelo paternal.
"El Pasado" es una inquietante y profunda película sobre las relaciones de familia, que sin llegar a la perfección de su anterior trabajo, consigue no defraudar y cautivar de tal forma que el espectador salga en estado de shock y las refleciones y conclusiones que obtenga de la película, perduren durante mucho tiempo. ¡No se la pierdan!
+ Si insinuante forma de transmitir todo lo que no cuentan y esconden los personajes.
- Ser vista como una obra menor del director.
PUNTUACIÓN TOTAL: * * * *
martes, 15 de abril de 2014
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