El viernes 16 se estrena "Por un Puñado de Besos" de David Menkes y durante su presentación en el Festival de Málaga estuvimos entrevistando a su protagonista, Martiño Rivas.
"Por un Puñado de Besos" es una película con muchos diálogos complicados, ¿pudieron contar con tiempo para preparar los personajes?
Ha sido la verdad un alivio el haber contado con tanto tiempo de ensayos porque durante dos semanas, además de bastante intensas, tuvimos la oportunidad de pasar varias veces o de ensayar al menos dos veces todas las secuencias de la película. Yo creo que era importante para nosotros y para el director, porque David firma el guión de la película, además de dirigirla. Yo creo que para él era importante escuchar cómo sonaban esos diálogos de nuestra boca y sobre todo a la hora de buscar un tono, el ritmo de una película tan íntima. Hay muchísimo primer plano, está contada de una forma muy cercana y él quería hacerlo desde un lugar muy tierno y muy sensible. Era importante para nosotros el testar de algún modo o de entrar en contacto de forma previa, antes de escuchar "acción", habernos familiarizado con los personajes y las situaciones y los diálogos.
¿Por lo tanto fue un trabajo en equipo, entre David, Ana y usted?
En esta experiencia concreta tuvimos la oportunidad de ir elaborándolo un poco juntos y desde una puesta en común de la que hablamos mucho y dialogamos mucho sobre los personajes y las situaciones. Lo que suele ser muchas veces un trabajo muy personal y que haces de forma aislada en tu casa. Luego, aparte de eso, mi personaje en concreto tiene algo a lo que intenté agarrarme a la hora de enfocar el trabajo que es el hecho de que Dani guarda muchos secretos.
Como dice, su personaje esconde más de lo que muestra en pantalla, ¿le atrajo interpretar a alguien que tiene que hablar más con la mirada que con las palabras?
Dani es un tío que está presente físicamente, pero que su cabeza de algún modo está en otro lado o que está censurando constantemente lo que dice para no revelar demasiada información.
Pero, tenía que revelar suficiente información para que el espectador entendiese, pero no tanta para que los demás personajes con los que él se relaciona supiesen qué hay. Ellos saben que hay algo que no va del todo bien, ella lo sabe, no tiene ni idea dell qué y desde luego no se imagina quién es realmente este tío. Es una dualidad y una ambivalencia que a mí me interesaba y a la cual me he intentado agarrar para enfocar mi trabajo.
La película habla de un tema serio como el SIDA y ofrece un punto de vista diferente. ¿Investigó un poco sobre la enfermedad en algún tipo de asociación?
No, eso me interesa desde un punto de vista personal; pero, creo que a mi personaje o lo que se ve de él en la película... Cuando estás haciendo algo de esto, un personaje, debes elegir las líneas de investigación de algún modo, por dónde vas a enfocar tu búsqueda. A veces, es contraproducente almacenar demasiada información porque acabas perdiendo qué es realmente lo relevante o lo que ayuda a contar de una forma más fiel una historia.
Pero, ¿no tuvo curiosidad de indagar y ver cómo vive una persona joven esta enfermedad?
Me interesa desde el punto de vista personal, pero para la historia o para mi personaje..., si me estaba preocupando de eso, estaría dejando de lado otras cosas que creo que primaban más.
Es como cuando te metes demasiadas cosas en la boca. Creo que ser selectivo a la hora de ver aquello en lo que tienes que trabajar para que la historia llegue al espectador. Sobre todo es una historia personal, la acción entre estas dos personas y contar la historia para mí era algo primordial.
Su personaje tiene un secreto, ¿le dio miedo que el público no llegara a conectar con su personaje de la misma mnera que sí lo hace con el que interpreta Ana de Armas?
Es muy difícil no empatizar con ella...; sin embargo, él comete un acto, desde un punto de vista moral o ético bastante cuestionable. Sí me preocupaba, la primera vez que leía el guión, pensaba "me encanta la historia, pero yo no sé si quiero meterme en la piel de este tío, no estoy seguro de querer ponerme en sus zapatos, porque me cuesta defenderle".
Y, ¿qué le hizo lanzarse a por este personaje tan oscuro?
¿Qué sucede? El mensaje en conjunto, el mensaje de la película es lo opuesto, es un mensaje muy optimista que invita a trascender prejuicios, que invita a saber perdonar, sobre todo a ser consciente que la gente puede equivocarse y puede cometer actos erróneos y aún así merecen una segunda oportunidad. Que ninguno de nosotros estamos libres de equivocarnos. Y como ese mensaje me parecía tan positivo, creo que es ese el que transciende, más allá que este tipo en un principio sea un cerdo.
¿El mensaje de la película hablar de segundas oportunidades?
Desde luego, lo que creo es que todos nosotros nos merecemos que nos den una oportunidad y que todos nos merecemos el derecho a que no nos juzguen exclusivamente por nuestros actos y por nuestra apariencia.
¿Ha aprendido algo después de haber rodado esta película?
Yo lo que he aprendido de esta película es algo sobre lo que venía reflexionando ya en el tiempo, pero esto como que me ha hecho..., se ha revelado con más fuerza. Es el hecho de que la verdad, por muy dura que sea, por muy difícil que sea de digerir, siempre se va a entender.
¿El afrontar la verdad en las relaciones personales?
No hablo sólo en cuanto a las relaciones de pareja, sino incluso a nivel político. Yo creo que muchas veces nos ocultan información por miedo por cuál va a ser nuestra reacción, la reacción de la sociedad. Cuando en realidad yo creo que si nos explican las cosas y por qué suceden y en qué realidad nos estamos moviendo y cuál es la ecuación que funciona, yo creo que todos lo entenderíamos y no tendrían por qué tener miedo o a represalias o a que se montase aquí una revolución. De hecho, yo creo que la revolución se monta cuando descubres que te están mintiendo. Utilizar la verdad como un arma poderosa y para hacer el bien y para regir nuestras vidas de algún modo, para dirigirlas.
La mayoría de las veces contar la verdad lleva consigo no sólo afrontarla, sino pedir perdón y ¿qué es más doloroso?
Lo que pasa es que pedir perdón implica admitir públicamente que te has equivocado, cosa para la cual los políticos son muy reticentes. Yo creo que enseña muchas cosas esta película, cosas con las cuales me identifico y un mensaje de algún modo que me gusta, que estoy orgulloso de contribuir a difundir.
Hablemos de su compañera, Ana de Armas, ¿cómo se quedó al ver el look que llevó al set de rodaje?
La propuesta que hizo Ana con el pelo, al principio nos pareció muy atrevida, luego a posteriori cuando lo piensas, es la decisión más lógica y la más coherente con la historia. Alguien que está atravesando por una fase tan sombría, quizás tan difícil de su vida, lo primero con lo que intenta hacer un punto de inflexión es con su apariencia exterior y se va al extremo opuesto totalmente. Nos pareció como súper acertado.
Ana y usted ya se conocían de la serie "El Internado", ¿la química ya estaba ganada?
Para ambos fue una ayuda el hecho de poder evitar esa fase inicial. Una película es como una experiencia muy intensa y es como un campamento de verano, son cinco semanas de las cuales de repente, un desconocido se convierte en tu hermano, en tu primo, en alguien con el cual parece que llevas en contacto toda la vida. Pero, sobre todo a la hora de trabajar, yo creo que hay una fase inicial de observación, de algún modo tienes que saber a quién te vas a encomendar, tienes que saber de la persona de la que vas a ir cogido de la mano durante cinco semanas. Eso implica un proceso que muchas veces se prolonga hasta una vez ya iniciada la película, a veces inicias la película y no acabas de encajar con la otra persona. Con Ana eso ya estaba y ya lo habíamos construido muchos años antes, entonces desde el primer día nos pudimos poner directamente a trabajar. Eso para mí fue un alivio y muy liberador.
Ha trabajado en televisión, cine y también en el teatro. ¿Es ésta una faceta que no le gustaría dejar de lado?
Desde luego, yo soy una persona muy aficionada al teatro. A mí me preocupa ver cómo la edad de los espectadores es..., hay muy poca gente joven en el teatro y me preocupa esa desvinculación de algún modo, ese desinterés o esa falta de conocimiento, falta de hábito. Yo creo que es algo que habría que difundir y la televisión es quizás el medio más poderoso para hacerlo, y creo que es importante que mi generación esté en contacto, porque cuando nos lo enseñan en la escuela tiendes a asociar... Yo lo veía con mis compañeros con "El Quijote", el día que nos lo mandaron leer fue un trauma general y yo recuerdo que ese tocho, que intimida, es grande y pesa y tiene muchas páginas. Pero, yo lo recuerdo como para mí una revelación.
Y, ¿qué cree que ha hecho que la gente joven no acuda a los teatros o haya dejado de leer libros como "El Quijote"?
Yo creo que es por muchos prejuicios porque lo vemos como algo denso, algo de otra época, algo que ya no tiene nada que ver con nosotros y no es así. "El Quijote" es el origen de nuestra cultura, de nuestro idioma y lo mismo pasa con todos los clásicos del Siglo de Oro, cuando nos los leemos en clase nos parece un tostón y luego descubres que no es así, que son divertidos y que son actuales y que tienen un lenguaje, sí, elevado o poco familiar, pero el cual no estaría nada mal incorporar de algún modo. Yo creo que sería una iniciativa que de hecho en otros países no es nada descabellada, no es nada alucinante.
martes, 13 de mayo de 2014
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