Emilio
Aragón dio su salto a la dirección con “Pájaros de Papel”, ahora cruza el
charco para ir a rodar a Estado Unidos de la mano de Robert Duvall, actor
ganador del Oscar, una road movie sobre quién debe escribir el capítulo final
de cada persona.
Red
Bovie (Robert Duvall) es un anciano que en su día fue un cowboy. Ahora,
desahuciado de su casa, se niega a que su vida termina de esta forma, emprende
un viaje al Viejo México junto a n nieto que no conocía (Jeremy Irvine). Allí,
por culpa de una bolsa con dinero que encuentran por azar, se meterán en más de
un problema, a la vez que abuelo y nieto se reencuentran.
“Pájaros
de Papel”, carta de presentación de Emilio Aragón, supuso un agradable debut,
que sin embargo no llegó a alcanzar la relevancia suficiente que se merecía.
Por eso, sorprende el giro que ha dado el director a su carrera, una película
en inglés con guión de William Wittliff y rodada en Estados Unidos. Hecho que
es de alabar a Aragón y que demuestra una inquietud por contar historias
diferentes, alejándose de la comodidad artística como argumental.
Sin
embargo, más allá de palmaditas en la espalda por su aventura americana, hay
que decir que a pesar del empeño que pone en la historia, estamos ante una
película que ya nos han contado muchas veces. Entonces, nos preguntamos, ¿qué
tiene esta road movie independiente con historia de encuentros y superación?
Red
Bovie, o lo que es lo mismo Robert Duvall, un papel muy jugoso con el que el
actor ha querido reivindicar que sigue ahí, que está en plena forma y que a
igual que su personaje, se niega a cerrar el libro de su carrera, sino que
todavía le queda un capítulo final (¿?), en el que demostrar, si es que acaso
lo necesita, que un actor veterano puede con lo que le echen encima.
De
esta forma lo comprobamos, porque la interpretación del actor se funde y llega
un momento en que no sabemos dónde acaba el actor y comienza el personaje; una
pena que por los tejemanejes de la industria, la película intentara optar a los
Goya sin que nadie la viera, dejando la actuación del actor sin el merecido
Goya, lo sentimos Cámara.
Lo
que ocurre con esta “Noche en el Viejo México” es que más allá de la perfecta
definición y análisis del personaje principal, sus intenciones, miedos y
valentías, su humor…, más allá de todo esto, le ha faltado rematar. Como si la
historia no fuera lo más importante, dando igual que el leiv motiv de la
película no esté muy trabajado y hasta se parezca demasiado a algo que ya hayan hecho los Cohen. O que los personajes secundarios queden desdibujados en pos del
principal, y que sus acciones incluso a veces resulten un tanto poco creíbles.
Ahí
radica la flaqueza de esta película, no aporta mucho a otras historias, le
falta gancho y “ese algo” que consiga emocionarte, salir de la sala y poder reflexionar
un poco con lo que hemos visto.
No
sólo va a ser la culpa de su pobre guionista, que de tantas décadas esperando
que alguien saque este guión del cajón, ha acumulado demasiado polvo y
costumbrismo.
La
dirección de Emilio Aragón, tiene algo que ver con el resultado final, al fin y
al cabo, es el máximo responsable de la gesta.
Se
observa a un director con inquieto, pendiente de los detalles y de no caer en
el estilo de película como fue su debut. Sin embargo, más allá de esto se
observan irregularidades, sobre todo en el ritmo, dado que a pesar de su corta
duración le cuesta entrar en materia y haciendo esperar media hora al
espectador para que la historia realmente comience. Sabe apoyarse en los
aspectos técnicos y potencia los puntos fuertes como la fantástica y cuidada
fotografía o la delicada música, que el mismo ha compuesto. Aunque, no consigue
hacer un retrato claro de los personajes secundarios, acabando en estereotipos
de otros personajes que pudieran haber sido mejor escritos y dirigidos en otras
películas, a pesar de que sus actores den lo mejor de ellos, bravo por una gran
Angie Cepeda que está reclamando ya un papelón para ella solita.
Una
película fallida, lenta y débil en su planteamiento, que sin embargo no
desagrada a la vista ni a los oídos y puede ser vista sin ningún tipo de
complicación.
+
Robert Duvall se sale, ¿es sonar mucho con el Oscar?
- Su ritmo lento y lastrado, al que no le ayuda
nada un guión demasiado simplón.
PUNTUACIÓN TOTAL: * *
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