Llega a las pantallas españolas una de las películas más taquilleras de la historia del cine Argentino de la mano de Marcos Carnevale, director de "Elsa & Fred" o "Almejas y Mejillones".
Ivana (Julieta Díaz) es una abogada divorciada que no pasa por su mejor momento. Un día por cosas del destino conoce a León (Guillermo Francella), un carismático y encantador arquitecto del con el que pronto saltará la chispa. El problema es que él mide 1.35 y hará que tanto ella como su alrededor hagan que la relación no sea todo lo perfecto que quisiera.
Nadie puede echar en cara la buena intención que ha tenido Carnevale a la hora de abordar esta comedia romántica, con más puntos de melodrama televisivo, que de comedia. Y, es que no nos engañemos, porque si algún espectador se adentra al cine esperando ver la comedia argentina del año, donde no parará de reír, saldrá decepcionado.
La historia promete y se presta a una gran cantidad de situaciones cómicas, donde también podría tener cabida un trasfondo donde reflexionar. Sin embargo, a la media hora de su visionado nos damos cuenta por dónde van los tiros y sólo nos queda asumir que estamos ante un drama romántico que nos han querido vender como la cosa que en realidad no es.
Entonces, nos preguntamos: ¿quién tiene la culpa de nuestra decepción, los productores y directores de campaña por la forma en que han vendido la película o su director que tan sólo quería hablar de una historia de amor sin complejos? Seguramente ambos, porque si por lo menos al darnos cuenta que la película es una cosa diferente de lo que se nos quiso vender, lo que hubiéramos encontrado es una historia bien contada y con ritmo, nos habríamos conformado.
Es de valorar la reflexión que arroja "Conrazón de León" sobre los prejuicios y la aceptación de las personas sean como sean; sin embargo, bajo sus buenas intenciones no encontramos otra cosa que un discurso oportunista, que en el fondo no se atreve a profundizar y se queda en la superficie, anclado en un forzado melodrama romántico que hace que los logros de su primera parte se ahoguen en su segunda hasta un final demasiado edulcorado que bien podría causar diabetes a más de un espectador.
Los argentinos siempre han demostrado con sus comedias que son capaces de contar historias sobre temas más serios, pero su sello es precisamente que no se toman tan en serio, apra de estar forma acertar y conseguir hacer pensar al público. Una lástima, que Carnevale se haya tomado a sí mismo y a su historia tan en serio, porque con un poco menos de ésto y más de comicidad hubiera conseguido dar en el clavo.
A pesar de todo, la película cuenta con la brava interpretación de dos actores que se comen la pantalla y que más de uno podrá justificar su visionado sólo por ver la estupenda pareja que forman un empequeñecido Guillermo Francella y la salvaje Julieta Díaz. Aunque para nosotros, no es suficiente como para aguantar las casi dos horas de metraje.
+ Su pareja protagonista, soberbios.
- Haberse tomado a sí misma tan en serio.
PUNTUACIÓN TOTAL: * *
sábado, 19 de julio de 2014
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