LA ISLA MÍNIMA de Alberto Rodríguez.
Resulta muy prometedor que el primer plato que hemos probado en esta ciudad, aparte de sus deliciosos pintxos, sea este thriller dirigido por Alberto Rodríguez. El director, que ha ido encaminando una más que interesante filmografía con títulos como "7 Vírgenes", "After" o "Grupo 7", llega con una potente película de suspense situada en las marismas del Guadalquivir durante el año 1980.
Dos policías acuden a un pueblo a resolver el caso de dos adolescentes desaparecidas, sirviendo como eje principal de la trama para hablarnos de un río oscuro y tenebroso que corre profundo en todos los personajes de la película, algo que parece ser un tema habitual en el cine de Alberto Rodríguez, además de los conflictos morales a los que suele enfrentar a sus personajes.
No querríamos olvidarnos de la breve, pero importantísima aparición de Nerea Barros, toda una revelación, que aunque ya habíamos visto en películas como "León y Olvido" o "El Oro del Tiempo", construye un personaje que sin apenas texto y sirviéndose de su cautivadora mirada, consigue atrapar al espectador.
La película se apoya en un guión perfectamente hilado, con sus aristas e interpretaciones, que insinúa más que muestra; algo que es de agradecer en un tiempo en el que los thrillers deben estar bien masticados y explicados, olvidando una de las claves más importantes del género que es dejar al espectador con sus dudas al salir del cine. Rodríguez no cae en esta trampa y lanza varios interrogantes, haciendo que el regusto final de la película sea espléndido, necesitando de un segundo visionado para poder meditar todo lo visto en sus 105 minutos de metraje.
"La Isla Mínima" resulta ser una de las películas españolas más impactantes de los últimos años, que se adentra en una Andalucía hostil que recuerda a las películas rodadas en Louisiana, para hablarnos de una violencia implícita en el ser humano. Una violencia, que a diferente de la física que se mostraba "Grupo 7", aquí se explora el terreno de lo psíquico, algo que hace que el espectador esté en un continuo sobrecogimiento, rozando cotas de tensión muy altas, gracias a la inquieta y portentosa dirección de Alberto Rodríguez, que lo convierten en uno de los mejores directores del actual panorama del cine, no solo a nivel nacional.
Siendo aún el primer día y adelantándonos mucho, creemos que "La Isla Mínima" debería acabar con un premio en el Palmarés. Quizás el de mejor película sea complicado, y el de mejor actor para Javier Gutiérrez se nos antoja difícil (aunque sería muy merecido), pero el de mejor director o mejor fotografía podría ser una apuesta fácil. Veremos dentro de una semana.
Lo Mejor: la capacidad que tiene de encontrar imágenes bellas en un ambiente tan inhóspito.
Lo Peor: ser apreciada como un thriller bien realizado, sin ver de todo lo que nos habla.
PUNTUACIÓN: 8.5/10
Después del pase de "La Isla Mínima" estuvimos en la rueda de prensa con gran parte del equipo, donde hemos recogido interesantes declaraciones que han hecho sobre la película que presentaban en el festival y que os ofrecemos en otro artículo.
UNE NOUVELLE AMIE (Una Nueva Amiga) de François Ozon.
François Ozon ya sabe lo que es triunfar en San Sebastián, hace dos años se alzó con el máximo galardón con la maravillosa "En la Casa" y ahora vuelve otra vez con una historia muy diferente, pero que como en su filmografía, explora otro punto de vista de las relaciones de familia.
En "Une nouvelle amie (Una Nueva Amiga)" el polifacético Romain Duris interpreta a un recién enviudado y con un bebé que es descubierto travestido por la mejor amiga de su difunta esposa. Una rocambolesca historia que sólo alguien como Ozon podría llevar por buen puerto.
La historia se centra en la amistad que surge entre un travestido Duris con Anaïs Demoustier y cómo ambos (o ambas depende de cómo se miren) se adentran en una relación de amistad y complicidad en la que los personajes intentan buscarse a sí mismos. Ahí es dónde el director lanza su anzuelo: si en un principio en quien debería plantearse el problema de la identidad sexual es en el personaje masculino que se viste como una mujer, pronto vemos cómo un picaresco Ozon quiere jugar con el espectador para al final no saber qué personaje de todos se sitúa más perdido dentro de la búsqueda de uno mismo.
"Une Nouvelle Amie" no es la mejor película de Ozon, lo reconocemos, tampoco pasará seguramente como la más destacada del festival, pero es de agradecer la forma en que ha abordado un tema un tanto espinoso, que bien tiene momentos que la hacen andar en la cuerda floja y podría caer hacia el lado del ridículo; pero, un ácido, mordaz y juguetón Ozon consigue salvar los muebles del ridículo y ofrecer una divertida por momentos y curiosa reflexión sobre las relaciones de familia y la identidad de las personas. Tiene mucho que agradecer al trabajo que han realizado sus protagonistas, un Romain Duris, que después de esta película no sabemos qué le queda ya por interpretar, bordando a un/a divertida Virginie y enfatizando el drama cuando no lo es. Además, la frescura, dulzura e inocencia de Anaïs Demoustier consigue equilibrar la balanza de alguno de los desvarios y desfases con los que a Ozon se le va la mano.
Sin embargo, la película se queda al final en un notable ejercicio, en el que el empeño de Ozon de dulcificar la historia no consigue el efecto buscado y hace que a mitad de la película no sepamos bien hacia dónde quiere llevar el barco, flojeando es esa parte de la película, para luego rematar hacia un final de esos de los que Ozon nos tiene acostumbrados, sencillo pero directo.
Lo Mejor: la película sabe reírse de sí misma.
Lo Peor: demasiado dulce en algunas secuencias.
PUNTUACIÓN: 7/10
AUTÓMATA de Gabe Ibáñez.
Llega el momento final del día, y el teatro Príncipe no cabe ni un alfiler para ver la esperada y comentada película de ciencia ficción que protagoniza y produce Antonio Banderas.
Sin embargo, para nuestra decepción "Autómata" se confirma como todo aquello que ocurre en un Festival de renombre: siempre se tiene que colar una película que resulte ser todo un error de programación.
Asistimos etupefactos a una película, que por momentos roza la estética rancia que no parece que haya sido por falta de presupuesto, sino que además parece buscada. Como si de una mala película de serie Z se tratara, nos sitúa en el año 2044 cuando la tierra se ha quedado asolada por la radiación y los robots comienzan a ser un problema para los pocos humanos que quedan.
La historia podría prometer, pero llega un momento, que resulta ser demasiado pronto en el que comprobamos que no hay historia que contar, no hay jugo detrás de tanta sentencia filosófica y tanta terminología cyber-robótica.
Tanto una dirección demasiado torpe, errática, que insiste en visitar excesivos lugares comunes ya vistos en películas mucho mejores, como la catastrófica fotografía o la pésima elección de todo el reparto, incluyendo un Banderas que no lo habíamos visto peor en muchos años, consiguen que nos planteemos cómo "Autómata" ha conseguido llegar hasta la Sección Oficial, misterios.
Se venía comentando que uno de los grandes logros de la película era el apartado artístico y los efectos visuales, pero viendo el resultado tampoco es para tirar cohetes. Pocas cosas encontramos positivas en la película y eso que le hemos dado la oportunidad de verla entera, no como alguno de los periodistas asistentes que no han podido resistir a tanto grito de "soy humano, vosotros robots" que constantemente tiene que recitar un Antonio Banderas que ni él mismo sabe en dónde se ha metido.
Lo Mejor: la música de Zacarías M. de la Riva, que sin ser su mejor trabajo destaca sobre el resto.
Lo Peor: básicamente el resto.
PUNTUACIÓN 3/10
Un día completo, en el que además hemos visto "Los Tontos y los Estúpidos" de la Sección Nuevos Directores, de la que os hablaremos en otro artículo.
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