David Fincher vuelve a los cines adaptando la novela de Gillian
Flynn que ejerce además las labores de guionista. "Perdida" ha
recibido toda la atención de la crítica en Estados Unidos y se sitúa por el
momento como una de las favoritas de la temporada de premios.
David Fincher es uno de esos realizadores capaces de jugar con el espectador, manipularlos y en el fondo hacer con ellos lo que le venga en gana y además salir airoso en el intento, sin sentirte defraudado. Y esta "Perdida" no es una excepción en su filmografía, sino que su juego de espejos, segundas intenciones y dobles morales constituye toda una lección de buen cine.
Bajo el aspecto de un thriller clásico
Fincher esconde un misterioso regalo del que aparecen en sí tres películas en
una misma historia, de forma de utilizando diversos recursos cinematográficos,
algunos casi literarios, asistimos a un delicioso festín que hará al espectador
explorar una infinidad de caminos que harán que no aparte la mirada de la
pantalla.
Dejando aparte el caso policíaco que
supone el leitmotiv de la película, "Perdida" es
una hiriente crítica a la mediatización de una sociedad más pendiente del
televisor y las nuevas tecnologías que en forjarse una opinión propia. Para
ello recurre a la forma en que el caso es seguido por lo medios de comunicación,
inevitablemente manipuladores para Fincher y cómo el protagonista hará uso para
llevar a cabo su estrategia de salvación. Un David Fincher mordaz juega con
nosotros durante todo el metraje, tal y como hacen los periodistas de la
película, para demostrar que no todo es lo que parece, que ante una evidencia
cabría plantearse preguntas y dudas que hace tiempo que dejamos de hacernos
Como si David Fincher se hubiera encargado
de plantear un juego en el que él es el máximo juez y nosotros unos incautos
voyeurs de esta extraña historia, va tejiendo un rompecabezas con muchas
aristas, donde nadie es lo que parece y no conviene creer a nadie a priori, no
vaya a ser que la sorpresa que esconde en cada esquina Fincher te golpee
brutalmente, ¿ o quizás esa era su intención?
Rodada con una inquietante tranquilidad
nerviosa, apoyada por un juguetón y perfectamente hilado guión y la siempre apabullante música de Trent Reznor y Atticus Ross; "Perdida" esconde las claves de cómo debe llevarse a cabo un thriller
inteligente y elegante, donde el qué no debe superar a las formas, siendo éstas
las que deben guiar cada uno de los pasos del misterio, aquí apoyándose en un
uso de los siempre difíciles de encajar flashbacks, que deberían considerarse
de obligado estudio por la forma en que ha sido capaz de encuadrarlos en la
película sin que el ritmo ni el tono de la película se derrumbe en ningún
momento.
Y "Perdida" no podría ser la
misma si no fuera por la complicidad de sus protagonistas, que encarnan unos
misteriosos y siempre desconcertantes Ben Affleck y Rosamund Pike, siendo necesario
arrodillarse ante el magnífico trabajo que ha realizado la actriz. Ha
conseguido crear un personaje al que ha dotado de más de cien imposibles caras y
hace que su rostro ilumine la pantalla durante todos los momentos en los que aparece,
haciendo emerger sentimientos demasiado encontrados hacia ella y su enigmático personaje.
Fincher ha conseguido mantener su siempre
estimulante estilo para ofrecernos una película desgarradora, brutal y fuera de toda
cordura que conseguirá hacer las delicias de no solo sus seguidores,
sino de todo aquel que quiera adentrarse en este psicótico juego que es
"Perdida".
+ Disfrutar de la manipulación que ejerce
Fincher.
- Algunos cabos sueltos en la resolución
del caso.
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