Borja Cobeaga estrena su tercer largometraje tras las comedias "Pagafantas" y "No Controles" y tras el éxito como guionista de "Ocho Apellidos Vascos" donde dejó su huella con grandes chistes sobre vascos y andaluces, ahora se adentra en un hecho real como la negociación entre el Gobierno y ETA en 2005 de la forma que mejor sabe hacer, con la risa.
La tercera película de Cobeaga se presentó en el marco del Festival de San Sebastián, aunque no con la valentía de incluirla en la Sección Oficial, sino en la Zabaltegui. Aun así fue una de las grandes sorpresas del festival y una de las mejores películas que se proyectaron. Ahora llega a los cines esta típica comedia que ficciona, o más bien versiona, uno hechos grises como la negociación con ETa para darle un giro radical y convertirlos en una comedia. Pero, que nadie se lleve las manos a la cabeza, ¡que nadie se asuste! El que Cobeaga haya rodado una comedia con aquel telón de fondo no significa para nada que se haya tomado a broma un asunto tan delicado y peliagudo como el que retrata la película.
Una de las reflexiones que uno puede hacerse durante el visionado de "Negociador" es si trata sobre ETA y asuntos de Estado. Seguramente trate de todo eso, pero no es lo que Cobeaga parece haber pretendido contar porque esta película, más allá del marco en el que se sitúa, nos habla de la estupidez humana, en cómo dos personas o dos colectivos no pueden poder llegar a un acuerdo, aparcar sus diferencias, pensar que tienen más en común de lo que creen y por una vez ponerse de acuerdo, incluso necesitando mediación de alguien que seguramente comprenda menos aun qué es lo que les ocurre.
Sin embargo, Cobeaga no pretende ponerse demasiado serio a priori, eso no le pega, sino que nos ofrece un festín de chistes, situaciones y malentendidos lingüísticos divertidísimos de los que son cómplices Ramón Barea y Josean Bengoetxea que le ponen el rostro al político socialista y etarra respectivamente, magníficamente interpretados por ambos y mención especial a un Barea que una vez más demuestra ser uno de los grandes actores del cine español con una interpretación que pasará a la historia de nuestro cine gracias al patetismo y la mirada honesta que le imprime al protagonista de esta farsa. Gracias a un guión hilarante, inteligente y sobre todo muy valiente, Borja Cobeaga va diseccionando un problema tan importante en la sociedad tanto vasca como española, de forma en que su agudeza da un paso más allá y encontramos tras cada personaje, cada gesto y cada gag una auténtica y profunda reflexión. De esta manera no pierde el director la oportunidad de ofrecer su punto de vista, de mostrar hasta qué punto las personas pueden llegar a resultar auténticos idiotas y que son más cosas las que nos unen que las que nos separan.
Quizás a toda esa simple complejidad de diálogos que emanan de un guión muy inteligente se le pueda echar en cara que al igual que en sus películas anteriores el empaque visual del conjunto de la película resulta poco imaginativo. Algo que le perdonamos a una de las películas más valientes e inteligentes del cine español, que ha sabido acercarse al problema del terrorismo y ETA como nadie lo ha hecho hasta este momento con tanto drama y thriller que ha visto nuestra cinematografía pasear sin excesiva gloria intelectual.
+ Su humor inteligente y Ramón Barea.
- Las películas de Cobeaga no acaban de lograr una buena estética y empaque visual.
PUNTUACIÓN TOTAL: ★ ★ ★ ★
sábado, 14 de marzo de 2015
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