El actor Daniel Guzmán se dejó diez años de su vida en esta película que triunfó en el Festival de Málaga con cuatro Biznagas entre ellas la de mejor película, director y actor de reparto para el joven y debutante Antonio Bachiller.
Darío (Miguel Herrán) y Luismi (Antonio Bachiller) son dos adolescentes que son amigos desde la infancia. La vida tranquila de Darío dará un cambio cuando decida escaparse de casa harto de las discusiones de sus padres a raíz de su separación.
La adolescencia, esa época de la vida en la que las hormonas y la rebeldía hacen mella en las personas y que van modelando la persona que serán en el futuro. Tema recurrente en las filmografías de medio mundo y que ha servido a gran cantidad de directores para abordar grandes temas de la vida, siempre bajo la perspectiva de sus jóvenes protagonistas.
Ahora, el debutante Daniel Guzmán se sube al carro de algo que podría ya considerarse un género en sí, el de los viajes de iniciación, llegando con fuerza para aportar su granito de arena. Sin dejar de lado grande referentes del cine de adolescentes, compone un retrato con algunos toques sociales que recuerdan a otro interesante debut como el de "Tapas" e incluso en algú momento la mezcla de humor, sinceridad y drama recuerda al cine de Querejeta.
Para su puesta de largo en el cine, un confiado Guzmán va sobre seguro con un guión bien atado, realista y con una humanidad que es capaz de hacernos olvidar algún cliché mil veces trillado en las películas de adolescentes. Con un esquema sencillo, bien estructurado hace que nuestro joven protagonista salga a la calle en busca de sí mismo, de saber quién es y encontrar su lugar en el mundo. Porque este "A Cambio de Nada" habla de ese momento en la vida en el que se camina entre la cuerda floja, donde uno se siente más perdido y las buenas o malas decisiones definen el rumbo y futuro de la cada uno. Sin embargo, Daniel Guzmán a pesar de presentar varias situaciones dramáticas no pretende cargar las tintas ni recrudecer el relato con mil y unas penurias, sino ofrecer un canto de vida y de esperanza. Para ello pone en el camino de este conflictivo adolescente una serie de de personajes que de una u otra manera actúen cual ángel de la guarda para echar una mano y no dejarlo caer.
Sorprende un debut tan maduro e inteligente que cogiendo los ingredientes comunes para este tipo de historias los mezcla y cocina de tal manera que consigue darle una personalidad propia, sobre todo gracias a la mirada honesta y sencilla de su director que es capaz de dosificar a la perfección drama y comedia, a la vez que le dota a su película de la ternura suficiente como para emocionar con ese personaje interpretado por su propia abuela (Antonia Guzmán) que protagoniza uno de los momentos más dulces de este año, ese adolescente que deja de lado sus egoísmos e irresponsabilidades y se ofrece para cortarle las uñas a la solitaria anciana, que llora en silencio.
"A Cambio de Nada" es una pequeña gran película que demuestra que con pequeños medios se puede hacer cine social con un empaque lo suficientemente comercial para llamar la atención a todo tipo de público sin perder un toque de personalidad. Funciona además por la gran complicidad de sus personajes, interpretados principalmente por los debutantes Miguel Herrán y Antonio Bachiller. Un dúo de pequeños rebeldes que conforman una pareja tanto cómica como dramática, que se complementa a la perfección sosteniendo sobre sus hombros todo el peso de la película.
+ La honestidad de sus imágenes
- La escena de los padres en el colegio, no cuadra con el resto de la película.
PUNTUACIÓN TOTAL: ★ ★ ★ y 1/2
sábado, 9 de mayo de 2015
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