Gonzalo (Álvaro Ogalla) es un joven que se resiste a madurar y a rematar cualquier aspecto de su vida, lleva años para acabar la carrera, no tiene trabajo, no se decide a dar el paso con su prima de la que está enamorado (Marta Larralde). Pero, un día toma una decisión, apostatar, un acto que consiste en salir de la Iglesia Católica, y hará todo lo posible por conseguir dar un paso tan trascendente en su vida.
Muchas expectativas teníamos puesta en la película del uruguayo Federico Veiroj, tras las muy interesantes "Acné" y "La Vida Útil". Además, la historia prometía grandes dosis de reflexión, ironía y hasta la capacidad de acercarse a un humor malsano.
El arranque de la película nos concede este placer y vemos un inteligente planteamiento con unos ácidos y mordaces diálogos que detrás del humor esconden mucha mala leche y se muestra dispuesta a hacernos pensar sobre la cuestión que rodea a la película, el libre acto de decidir en nuestras vidas, de no aceptar las imposiciones que hemos tenido que aceptar desde la infancia.
Sin embargo, tras este ya comentado buen inicio la película se va desinflando en su propio argumento, o realmente en la carencia de éste, no acabando de enfocar realmente hacia dónde quiere derivar la película y hace crecer por minutos la sensación de que ni su director ni guionistas saben de qué va su película. Seguramente sobre el papel diera la impresión de que podía salir una gran película de ese material, pero para ello se hubiera necesitado menos dosis de "mirarse al ombligo" y menos discurso de panfleto para poder haber realizado la película que posiblemente pretendían hacer.
Habrá quién crea que "El Apóstata" es toda una crítica a las instituciones más antiguas, en concreto la Iglesia, sin embargo tras ese escaparate crítico no podemos encontrar más que a un director que lanza la piedra pero esconde la mano, que en el fondo no se lanza a la piscina del todo y decide coger las escaleras en vez dar el salto desde el trampolín y encontramos su crítica tan sólo constructiva, pero blandita en el fondo. Con un material tan poderoso como tenía en sus manos Veiroj podía haber aportado un punto de vista muy interesante que diera pie al debate.
"El Apóstata" es una película que plantea un juego, que podrá ser una delicia para el que entre en él, sin embargo nosotros no lo hemos conseguido y durante sus escasos ochenta minutos no podemos parar de desear que acabe ya la función debido a un ritmo que va a trompicones y unos personajes que en el fondo tienen menos que contar de lo que aparentemente pretenden.
+ Marta Larralde, como siempre espectacular.
- Su aparente envoltura crítica, solo apariencia.
PUNTUACIÓN TOTAL: * *
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